martes, 30 de octubre de 2012

El valor del TIEMPO

"Hay un tiempo..."
Estaba recordando esta mañana un texto del libro del Eclesiastés que a continuación expongo a los lectores:


Ecl 3, 1 "Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa 
bajo el sol:

2 un tiempo para nacer y un tiempo para morir, 
un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado; 
3 un tiempo para herir y un tiempo para curar, 
un tiempo para demoler y un tiempo para edificar; 
4 un tiempo para llorar y un tiempo para reír, 
un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar; 
5 un tiempo para arrojar piedras 
y un tiempo para recogerlas, 
un tiempo para abrazarse
y un tiempo para separarse; 
6 un tiempo para buscar 
y un tiempo para perder, 
un tiempo para guardar y un tiempo para tirar; 
7 un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, 
un tiempo para callar y un tiempo para hablar; 
8 un tiempo para amar y un tiempo para odiar, 
un tiempo de guerra 
y un tiempo de paz..." 



Este texto me hizo pensar mucho en el valor del tiempo, pero además, me hizo pensar en fluir constante de la vida y en cómo debemos actuar en ese mismo fluir...



El tiempo es algo que nunca se detiene, es "incontrolable". Podemos usar relojes y calendarios pero el tiempo NO ES eso, no es algo fijo que se puede encuadrar y detener, determinar o controlar. A veces tenemos la vana ilusión de sentirnos dueños del tiempo, cuando en realidad lo único que podemos es administrar el tiempo que se nos ha concedido. De ahí que es de vital importancia aprovechar nuestro tiempo, en donde nuestra existencia es consciente de sí misma y buscar su expansión. 

Pero también hay otro aspecto que debemos rescatar en este hermoso texto y es la "contrariedad de la vida". Los contrarios en nuestra existencia se suceden uno tras otro sin que podamos manejarlos. A veces nos ponemos tristes y "renegamos" de todo porque aparecen cosas que no queremos para nuestro existir, pero que sin embargo están ahí. Esta "angustia" muchas veces se debe a esa vana ilusión que nos venden de hacernos creer señores del tiempo y lo que éste nos trae. En el fluir de la vida todos debemos aprender de los contrarios, porque, en definitiva, es lo real. Nuestra adecuación a lo real que está continuamente en movimiento es lo que nos hace "no-angustiosa" la existencia, puesto que ya soy consciente de "lo que va a venir": hay un tiempo para cada cosa, y cada cosa tiene su tiempo y "se invita sola", sin pedir permiso irrumpe entre nosotros. Pero, como administradores que somos, debemos ser astutos y sacar el mayor provecho de todo lo que sucede "bajo el sol": este es el verdadero aprendizaje y lo que nos aprovecha para la vida. 
No hay que desperdiciar nuestro tiempo, no debemos dejar "cabos sueltos". La vida está hecha para que aprendamos esta gran lección y así seamos más conscientes del regalo que hemos recibido, regalo que nos introdujo en este Universo en donde "nada se pierde, porque todo se transforma...", incluso nuestro existir tendrá una nueva faceta... Nada está librado al azar, por eso debemos aprovecharlo.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Estas son las cosas que DEBEN saberse...

LT14 Una decisión inaceptable
Desde el Programa de Extensión "Por una nueva economía, humana y sustentable", de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER, expresamos nuestra condena al lamentable acto de censura y autoritarismo cometido por las autoridades de la Radio LT14, al disponer el levantamiento del Programa Aire de Todos, por haber permitido la expresión de voces y opiniones que no son concordantes con el oficialismo gubernamental.

Un medio de comunicación de propiedad del estado debería funcionar como un medio público, es decir al servicio de toda la comunidad y de la pluralidad de voces, en especial ser un vehículo de difusión de pensamiento crítico. La decisión del director del medio Juan Carlos Bettanín, que habría sido tomada por orden del Ministro de Cultura y Comunicación de la Provincia de Entre Ríos, opera como si LT 14 fuera de la exclusiva propiedad privada de algún miembro del partido en el gobierno (aunque igualmente un acto como ese también sería repudiable).

Pero lamentablemente este acto de censura refleja el grado de discrecionalidad y desprecio que tienen las autoridades por la vigencia de los derechos de la comunicación, ya que violan sistemáticamente el legítimo derecho a la libre expresión y el de estar adecuadamente informados, agravado por tratarse de un medio estatal que se mantiene con el aporte de todos los contribuyentes.
Considerar que un medio de comunicación estatal debe estar al servicio exclusivo del partido en el gobierno, negando la libre expresión de cualquier opinión diferente e impidiendo a la comunidad de recibir un servicio de información transparente, es un acto aberrante. Es como si a la escuela pública sólo se permitiera acceder a quienes expresan su coincidencia con el pensamiento del partido gobernante; o a un hospital del Estado sólo se permitiera el acceso a los que se confiesan kirchneristas.
Creemos que debe dejarse sin efecto esa medida y restituirse el espacio radial programa Aire de Todos, además de realizarse una investigación para que los responsables de estas medidas anticonstitucionales sean apartados de sus cargos.


Bien, ahora yo me pregunto: ¿estos actos sacan a la luz las verdaderas intenciones de los grupos políticos? Y si sumamos a este caso la noticia de que un profesor de la misma Universidad fue "presionado" en el BAÑO por un grupo de estudiantes para que "no hable en contra de este gobierno, porque ellos están con el gobierno" la pregunta es aún más angustiosa: ¿a qué dictadura nos enfrentaremos desde este momento?

miércoles, 15 de agosto de 2012

Un discurso para PENSAR en serio

Más allá de las diferencias que uno pueda tener con respecto a las ideas políticas de Mujica, este discurso merece ser escuchado y meditado. Los dejo con estas grandes palabras:


Espero que sea un disparador de reflexión y que haya muchos presidentes que empiecen a gobernar EN SERIO.-

domingo, 12 de agosto de 2012

Reflexiones filosóficas


La carta VII de Platón

La Política fue una de las actividades más realizadas por Platón, al contrario de lo que uno pueda imaginarse. Para nuestro filósofo, toda la actividad filosófica tenía como objetivo volcar ideas hacia la Política, es decir, enriquecer a la Polis, a la Patria, a fin de que crezca, se fortalezca y todos en ella puedan vivir felices. De hecho, la última obra filosófica de Platón fue “Las Leyes”, la cual es una reflexión más madura de las ideas expuestas en su obra más célebre, “La república”. Estas dos obras son aplicaciones práctico-políticas de sus reflexiones filosóficas. Este hombre no era simplemente un filósofo, era un hombre preocupado por buscar el bien de su Polis. Ahora, compartamos un interesante pasaje de su carta VII, donde nos habla de la Polis en aquellos tiempos:

“…tanto la letra de las leyes como las costumbres se iban corrompiendo hasta tal punto que yo, que al principio estaba lleno de un gran entusiasmo para trabajar en actividades públicas, al dirigir la mirada a la situación y ver que todo iba a la deriva por todas partes, acabé por marearme… al final llegué a comprender que todos los Estados actuales están mal gobernados… Ésta es la manera de ver las cosas que yo tenía cuando llegué por primera vez a Italia y a Sicilia. En aquella ocasión no me gustó en absoluto la clase de vida allí considerada feliz, saturada de banquetes, atracándose de comida dos veces al día y nunca solos por la noche, más todo lo que acompaña a este género de vida. Con tales costumbres no hay hombre bajo el cielo que, viviendo esta clase de vida desde su niñez, pueda llegar a ser sensato, ni siquiera podría ser prudente, y, desde luego, lo mismo podría decirse de las otras virtudes. Y ninguna ciudad podría mantenerse tranquila bajo las leyes, cualesquiera que sean, con hombres convencidos de que deben dilapidar todos sus bienes en excesos y que crean que deben permanecer totalmente inactivos en todo lo que no sean banquetes, bebidas o esfuerzos en busca de placeres amorosos. Forzosamente, tales ciudades nunca dejarán de cambiar de régimen entre tiranías, oligarquías y democracias, y los que mandan en ellas ni soportarán siquiera oír el nombre de un régimen político justo…”
Es escalofriante el parecido de situaciones que podemos observar, a tal punto de decir que poco ha cambiado la situación que tanto mareaba a Platón. Veamos algunas cosas para reflexionar:
1.      “tanto la letra de las leyes como las costumbres se iban corrompiendo”: aquí observamos cómo a pesar de tener “leyes que buscan justicia”, la justicia no llega. Se había corrompido la “letra y las costumbres (ética)” de manera tal que no era posible la Ley. Estaban en un “estado tirano” donde obtenía “justicia” el que mejor “hablaba”. Y hoy en día ¿por qué decimos que las leyes están hechas para los ladrones? Creo que es por el mismo motivo: todo el mundo hace lo que prohíbe la ley sin ningún cargo de conciencia y a la hora de aplicar esta ley, le buscamos “la 5ª pata al gato” para “zafar” de la situación de manera inocente: y en los empleos públicos ¡ni que hablar! Siempre aparecen en casa materiales que estaban en el lugar del trabajo. La corrupción política que vivimos empieza desde abajo y es una muestra de la corrupción general que se vive socialmente. Todos quieren manotear para sí mismo, todos quieren enriquecerse sin trabajar y sin esforzarse: así el Estado nunca mejorará, como dice y enseña Platón.
2.      “no me gustó en absoluto la clase de vida allí considerada feliz, saturada de banquetes, atracándose de comida dos veces al día y nunca solos por la noche”: punto clave y esencial: los excesos de la “vida privada”, terminaban privando de justicia al resto de la sociedad. Hoy en día muchos dicen que no importa su “vida privada” mientras haga bien las “cosas públicas”. Pero esto ni a mí ni a Platón convencen. ¿Cómo puede hacer justica alguien “saturado” de excesos, que viven en orgías y en busca de placeres? No hace falta demostrar que los placeres físicos nunca tienen fin y si nos entregamos a ellos terminan gobernándonos. ¿Qué ejemplo de justicia puede ser alguien que “dilapida todos sus bienes en excesos” y llega un género de vida plagado de abusos? Como sigue diciendo Platón, “con tales costumbres no hay hombre bajo el cielo que pueda llegar a ser sensato, ni siquiera podría ser prudente”. Pensemos en lo que ocurre con nuestra clase política: en cuatro años triplican fortunas (me puedo quedar corto). ¿Acaso es magia o son recursos de la Sociedad que terminan en sus manos? ¿Cómo puede marchar el país de esta manera si todos los ciudadanos imitan a sus representantes en esta actitud perversa? ¿Qué Polis vamos a heredar, si todos quieren imitar estas costumbres que tienen sus gobernantes? Yo les digo: un ciudad SAQUEADA, donde el otro no importa, sólo importa que “yo me salve” y saque mi porción.
“Cuanto más se honra en una ciudad a la riqueza y a los hombres ricos, menos se estima la virtud y a los hombres buenos…” (Platón, La República) ¿Qué tiene que pasarnos para entender esta gran verdad? Ojalá que nosotros, al igual que Platón, seamos artífices del cambio, donde los ideales de Bien, Justicia y Honor nos inspiren más que “amontonar papeles” en un banco. “Los que mandan en ellas ni soportarán siquiera oír el nombre de un régimen político justo…” Ya sabemos lo que ocurre cuando alguien quiere alzar la voz en nombre de la Justicia: estos tipos terminan haciéndole la Guerra hasta querer aniquilarlo.-

lunes, 14 de mayo de 2012

Grandes frases de grandes autores... TOMÁS DE AQUINO

Ayer leí una hermosa frase de un gran Filósofo, Teólogo y Santo. Entonces decidí armar estas entradas: "Grandes frases de..." para no olvidar que los más grandes han sido los más simples y humildes: en pocas palabras dejan una enseñanza inmortal. Hoy le toca a Santo Tomás de Aquino...


La frase en cuestión que ayer me llamó la atención fue la siguiente: "Si el objetivo más alto de un capitán fuera cuidar su barco, lo mantendría en el puerto por siempre..."
Tómense un minuto para pensar la frase y otro más para ver qué tanto puede esta frase 'movilizar' al pensamiento.




Realmente tanto la frase como la imagen son sugestivas. Por un momento pensé que era Capitán de un barco. Muchas responsabilidades, vidas a cargo y un futuro incierto. Pensé también que el barco sería mi propia persona, mi cuerpo y mi alma; el puerto sería mi familia, el lugar donde nací; el vasto y dilatado mar, el viaje de la vida, lleno de opciones e inmenso en posibilidades, temible por su grandeza y peligros.
Por un momento, se siente entusiasmo: "seré un gran navegante... llegaré a tierras que ningún otro descubrió... tendré grandes aventuras..." Sin embargo, salir del puerto seguro y embarcarse "a ciegas" a lo desconocido provoca una reacción muy conocida: miedo e inseguridad. Hallarse en medio del mar, sin ninguna referencia a la vista (sólo el recuerdo de aquel puerto) y enfrentar en carne propia a los peligros que encierra, muchas veces tapan nuestro entusiasmo inicial y despertamos a la realidad. Matamos el sueño inicial con un duro golpe y volvemos al puerto... amarramos el bote. Ahora PENSAMOS y nos volvemos racionales. 'Medimos' con la vara de la razón las posibilidades de nuestros sueños y anhelos y nos conformamos con aquello 'que está a nuestro alcance'. No nos atrevemos a ir "mar adentro".
Pero... al pasar el tiempo nos damos cuenta que quedarse amarradito o cerquita del puerto es un arma de doble filo: los barcos NO SON ETERNOS. Tienen su tiempo y tanto al usarse como al amarrarse se gastan y terminarán hundiéndose. Poco podemos hacer: trataremos de tapar unos huecos, cambiaremos las velas... pero sabemos que sus días están contados. ¡Todos tenemos un solo barco en esta vida y con él debemos llegar a destino! 
Entra la nostalgia de haber abandonado la aventura inicial, queriendo salir nuevamente. Pensamos en lo poco que durará nuestro pobre barquito viejo. Nos lamentamos de aquella decisión 'tan racional', lamentamos no haber encontrado UN FARO que nos oriente a tierras lejanas, UN FARO que nos ayude a cumplir el sueño profundo de nuestras almas, SUEÑOS DE GRANDEZA Y FELICIDAD, sueños de aventuras. 

Valía la pena salir, valía la pena arriesgarse, valía la pena cumplir los anhelos del ALMA a quedarse varado en el propio puerto sin arriesgarse jamás. Valía la pena jugarse por los ideales y los valores, que son brújula para nuestra vida. Valía la pena descubrir la morada de Dios, que es un faro brillando en nuestra conciencia y nos indica la ruta, alumbra en la oscuridad, abriga en el frío, llevándonos al puerto de la felicidad sin importar las tormentas del mar. 

Pero muchas veces nuestra indecisión nos amarra, la mediocridad de la vida nos amarra. Sabemos que estamos para ser grandes capitanes de nuevas tierras, es una voz dentro nuestro... pero nos quedamos a pocos metros del puerto. Buscamos mil y una razones para no zarpar y al final nos lamentamos de esa decisión.

Ahora nos damos cuenta que, como Capitanes que somos, nuestro objetivo más grande es "navegar mar adentro", es salir a descubrir y realizar nuestra aventura de vivir...

Muchas cosas más podría seguir reflexionando, porque esta frase de santo Tomás refleja nuestro propio vivir. Pero esa es también tarea de ustedes, lectores. Son capitanes en sus vidas, por lo tanto ¡a vivir!

"Si el objetivo más alto de un capitán fuera preservar su barco, lo mantendría en el puerto por siempre..."
Marcos Alberto Bortolozzi
14/05/2012

viernes, 11 de mayo de 2012

El Mate y la Vida


El mate y la vida
Esta mañana me levanté, como de costumbre, poniendo una pava de agua a calentar. Este acto es el primero que cada mañana realizo, luego de la señal de la cruz y las primeras pilchas y forman parte un ritual que podría llamarlo “empezando bien mi día”. Y es así: empiezo mi día preparando unos mates, algo tan rutinario como hermoso, que favorece mi buen humor y empezar el día con una pausa, relajado, contemplando en cada sebada y en cada sorbo algo así como un “misterio”, contemplando cada mate como si fuera el primero y/o el último de mi vida, gustando su sabor sin ningún apuro, como si fuera lo único que tendría que hacer. Confieso que los días en los que no me levanto temprano y no realizo este “ritual”, son días que empiezo “torcido” o de mal humor, pues lo empiezo apurado y agitado, al ritmo que juega este siglo. Son días en los que parece “que algo le falta”. Andar así por la vida, en constante agitación, le hace perder sentido a tiempo. Viendo todo lo que puedo sacar de una simple “cebada”, hoy quiero escribir, plasmar por escrito, lo que me puse a meditar: “el mate es como la vida”, me dije interiormente. ¿Cómo puede ser esto así?
El mate es como la vida: necesita cuidado y preparación; armonía y punto justo: necesita una mirada atenta. Si no se hace apurado se hace mejor y se lo disfruta mejor. Nada más parecido a la vida que esto. A veces amargo, puede tornarse dulce… a veces una yerba poco gustosa o húmeda, o el agua muy caliente o poco… pero en todos los casos, depende de uno mismo dar vuelta esa realidad: si uno quiere, sin importar los elementos, el mate puede salir bien rico: de uno mismo depende el gusto final del mate, siempre el ingenio agrega algo para que tenga el mejor sabor; pero uno tiene que trabajar y poner su empeño en esto sino, todo que igual. ¿No es así con las cosas que nos presenta la vida? No tiene por qué ser rutinario todos los días: al mate cada uno puede “condimentarlo” a su gusto, como la vida misma toma su rumbo y sus colores cada día… depende de uno cómo cebarlo o con quién compartirlo: tal vez sea más sabroso compartirlo con un amigo que hace mucho no visito, o haciendo algo que me gusta mucho pero que el ritmo de la vida me lo hizo olvidar un poco… son algunos ejemplos. Esto es vida.
También preparar un mate conlleva un “ritual”, como la vida misma que necesita de rituales para tener significado. ¿No se pusieron a pensar que las personas necesitamos “rituales”? No hablo de ellos en sentido estrictamente religioso. Vivimos con ritos: la Santa Misa con una oración más profunda los domingos; las comidas en familia el “finde”; salir a pescar un fin de semana largo con aquellos amigos que poco veo, con el solo objetivo de reencontrarnos a nosotros mismos y a los demás. Esperamos alguna fiesta para algún encuentro esperado; algunos programan todo para no perderse “la fiesta de disfraces” o los partidos de su equipo preferido. Preparase para ir a la cancha en todo un ritual: preparo camiseta, bandera y gorro, las canciones… y todo lo  demás no importa. Es más, cumplir ese ritual me “llena el alma”, me hace olvidar lo triste que pude pasar la semana o las complicaciones de la venidera y no es que quiera escapar de esa realidad, sino que me otorga un ánimo distinto para enfretar esas situaciones. Eso es lo que cuenta.
Hay veces que al cebar el último “amarguito” tomo conciencia de que estaba saboreando unos ricos “verdes” y ahora ya se terminan… Nada más parecido a la vida misma: a veces nos damos cuenta del valor que tiene algo o alguien en el momento que ya no está. Pero depende de uno mismo que eso pase, hay que estar alerta, hay que estar conciente de esto para que no ocurra.
Por último, lo más importante: el mate se disfruta más compartiendo. ¿No es así la vida misma? Todo se disfruta más compartiendo, hay que hacer la prueba nomás. “No es bueno que el hombre esté solo” enseña la Escritura Santa. El gran mal de este siglo en el que vivimos consiste en quedar aislados, individualizdos, egoístas, tan encerrados en nosotros mismos que no somos capaces ya de ver la realidad, lo cotidiano, incluso nos hacemos incapaces de llegar a Dios y eso que es Él quien mora en lo profundo del corazón. Pero claro, el Ego me quiere hacer ver que tengo cosas más urgentes o importantes para hacer ahora que pensar en estas cosas. ¡Que trsite realidad! Dejamos de lado lo que vale una eternidad por algo que dentro de un tiempo no existirá más.
El mate rompe el hielo para iniciar una conversasión o recomponerla… un buen mate sirve para acercar y unir. Es una meta que tenemos como humanos: el estar en compañía fraternal con otros o recomponer relaciones. La unidad es algo vital para la vida misma. En Filosofía estudiaba que “la unidad es un trascendental del ser; por lo que sin Unidad no hay Ser”. Ahora comprendo el valor de esas palabras que parecían abstractas: sin unidad, ningún proyecto humano llega a buen puerto. Hay que apostar por la “unidad en el Amor”, que derribe diferencias a veces prejuiciosas, como enseñaba san Pablo.
¡Cuántas cosas bellas que se pueden sacar a partir de cebar unos mates! ¿Se animan ustees, amigos míos, a continuar sacando cosas bellas de sus “mateadas” o de sus cosas cotidianas? Sería lindo completar esta reflexión con sus aportes. ¡Desde ya muchas gracias por compartir!
Gracias por leer estas líneas que, como un buen mate, quise compartir con ustedes. Compartirla con muchos le da más sabor.


Marcos A. Bortolozzi
20 /07/ 2010